Muchos de los productos que usamos en nuestro día a día pueden esconder la mano de infantil, desde el chocolate a nuestras zapatillas o nuestra ropa. El Comercio Justo es una buena alternativa de consumo para asegurarte que tu dinero no va a parar a aquellas empresas que usan de manera abusiva a los más pequeños y vulnerables para generar sus beneficios.

El término trabajo infantil se refiere al trabajo que es peligroso y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral de niñas y niños, así como para su desarrollo social y psicológico. El trabajo infantil Interfiere con el derecho a la educación y a la escolarización de las personas. Las priva de posibilidad de asistir a clase, promueve el abandono de la escuela de forma prematura, o las obliga a combinar el estudio con el trabajo pesado.

Se estima que 160 millones de menores (1 de cada 10 menores) en el mundo se ve forzado a trabajar, un total de, y al menos la mitad de ellos lo hacen en trabajos peligrosos.

Trabajo infantil

El caso del cacao

La mayor parte de la producción de cacao se concentra en el África Occidental, donde se encuentran cuatro de los seis países productores más importantes: Costa de Marfil (43% del total global en 2016/17), Ghana (20%), Camerún (5%) y Nigeria (5%).

El árbol del cacao (Theobroma cacao) crece en los climas calurosos y lluviosos de los trópicos, en una estrecha franja que se encuentra a 10 grados al norte y al sur del ecuador. La vaina del fruto del árbol del cacao contiene las semillas que luego se extraen, fermentan y secan para convertirse en granos de cacao. Estos granos se tuestan y desvainan de modo que el resultado son unas virutas que se muelen para obtener una pasta conocida como licor de cacao, que a continuación se prensa para extraer la manteca de cacao, que a su vez se convierte en una masa a la que se llama torta de cacao, que de nuevo se muele para obtener el fino polvo de cacao. Aunque la manteca de cacao también se utilice para la fabricación de cosméticos, la inmensa mayoría del licor, manteca y polvo de cacao se destina a las industrias de la repostería y la confitería, y, más específicamente, para la confección del chocolate.

El cacao supone una importante fuente de ingresos y empleo para las poblaciones rurales de los países productores, en particular para los entre 5 y 6 millones de agricultores y agricultoras a pequeña escala que cultivan cerca del 90% del cacao mundial.  Más aún, otros 14 millones de trabajadores y trabajadoras rurales dependen directamente del cacao, y alrededor de 50 millones de personas en total basan su sustento en la producción de cacao.

El trabajo infantil en las plantaciones de cacao

Hay varios factores que contribuyen al trabajo infantil en el sector del chocolate. La pobreza es  el principal desencadenante, ya que muchas familias cacaocultoras viven en condiciones de extrema pobreza y dependen del trabajo de sus hijos para sobrevivir. Además, la falta de acceso a una educación de calidad y las limitadas oportunidades económicas en estas comunidades agrícolas también contribuyen a la persistencia del trabajo infantil. Las condiciones de trabajo en las plantaciones de cacao suelen ser duras, peligrosas y poco reguladas. Losmenores a menudo se ven expuestos a pesticidas y otros productos químicos sin protección adecuada, lo que puede tener graves consecuencias para su salud. Además, se enfrentan a largas jornadas de trabajo, ausencia de descanso adecuado y privación de la educación y oportunidades de juego que son esenciales para su desarrollo.

El trabajo infantil en la producción de cacao implica a niños y niñas que realizan tareas peligrosas y difíciles en las plantaciones de cacao. Estas tareas incluyen la cosecha de los granos de cacao, la carga y descarga de pesadas bolsas de cacao, así como otras actividades relacionadas con la agricultura.

El trabajo infantil es una de las consecuencias de la pobreza de las familias productoras, causada a su vez por el ingreso mínimo recibido por las multinacionales.

En 2015, 2 millones de menores en Costa de Marfil y Ghana trabajaban en este sector, de los cuales más del 80% se ocupaban de tareas peligrosas como soportar cargas pesadas, manipular productos químicos o trabajar con machetes. A pesar de las iniciativas llevadas a cabo en los últimos años como el conocido como “Protocolo Harkin-Engel”, el Barómetro del cacao de 2018, concluye que “ni una sola empresa o gobierno se encuentra cerca del objetivo de eliminar el trabajo infantil, ni siquiera del compromiso de reducirlo en un 70%”.

La contribución del Comercio Justo a la reducción del trabajo infantil

El principio número 5 del Comercio Justo establece como unos de los aspectos básicos que deben cumplir, la prohibición de cualquier forma de explotación de menores en las propias organizaciones o en empresas intermediarias. Además, todas las organizaciones deben estar adheridas a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, y a las leyes nacionales o locales sobre el empleo de los niños y niñas.

Así señala que “cualquier participación de niños o niñas en la producción de artículos de Comercio Justo (incluyendo el aprendizaje de un arte tradicional o artesanal) siempre es comunicada y monitoreada y  no debe afectar negativamente al bienestar, la seguridad, los requisitos educativos y la necesidad de jugar de los niños y las niñas.”

Pero además de esto, gran parte de las cooperativas y organizaciones productoras invierten la prima social en iniciativas relacionadas con la educación de niños, niñas y jóvenes (becas, escuelas infantiles para los hijos/as de las familias productoras y del resto de la comunidad, ayudas para material escolar o transporte, etc.)

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