1. Los productos de Comercio Justo no son más caros

Vivimos en un mundo globalizado donde la cultura de low cost y el consumo desmedido confunde el verdadero valor de las cosas. Cuando comparamos el valor de un producto de Comercio Justo con otro que no lo es, normalmente no lo  hacemos correctamente pues olvidamos las peculiaridades de este tipo de productos.

Los productos de Comercio Justo son de una Calidad Premium debido a las características propias de su producción. Las técnicas tradicionales utilizadas; la prevalencia de pequeños grupos productores, sobre grandes monopolios, que cuidan sus cultivos; la apuesta del comercio justo por la agricultura ecológica y unas retribuciones justas por el trabajo realizado a productoras y productores garantizan un resultado superior.

Por eso no podemos comparar, por ejemplo, un café de Comercio Justo con otro de gama baja comercializado en cualquier gran superficie. Lo debemos comparar con los de su categoría superior y normalmente tienen un precio similar o incluso más económico. Aquí tienes una selección de los mejores cafés, sólo tienes que mirar el precio y comparar.

2. Hay más productos que cumplen con los estándares del Comercio Justo de los que piensas

Cuando pensamos en Comercio Justo parece que solo hablamos de café o chocolate o artesanía, pero te sorprenderás de la cantidad de productos que se comercializan bajo estos estándares. Preservativos, unas zapatillas tipo Converse, un teléfono móvil, crema solar o bebidas están disponibles para la venta bajo el sistema de comercio justo. 

3. Los productos de Comercio Justo son accesibles

Hace pocos años adquirir productos de Comercio Justo requería cierto esfuerzo por parte del consumidor, pues este tipo de productos no estaban accesibles y resultaba costoso incorporarlos a las compras cotidianas. Esta realidad ha cambiado. El los dos últimos años algunos supermercados han comenzado a vender productos de comercio justo. Además el creciente esfuerzo de las administraciones por una Compra y contratación pública Responsable ha posibilitado que en muchas instituciones públicas los productos de Comercio Justo se encuentren accesibles, bien en cafeterías, cátering, tiendas o máquinas de vénding.

También ha aumentado el número de tiendas especializadas, herbolarios y cooperativas de consumo donde se pueden adquirir productos de Comercio Justo. La Coordinadora de Comercio Justo en España ofrece un mapa de tiendas interesante.  También el sello Fair Trade tiene un listado de establecimientos y puntos de venta.

4. Es fácil saber si un producto es o no de Comercio Justo.

Últimamente la palabra Comercio justo se utiliza en muchas situaciones y es lógico plantearse si un producto es o no de verdad de Comercio Justo. ¿cómo saber si un producto es de Comercio Justo?

Según la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), la entidad más representativa del movimiento del Comercio Justo a nivel internacional, se puede asegurar que un producto es de Comercio Justo cuando:

Ha sido elaborado por alguna organización miembro de WFTO. Las organizaciones miembro de la Organización Mundial del Comercio Justo deben pasar un sistema de acreditación en el que se evalúa el cumplimiento de los 10 principios internacionales del Comercio Justo. Este sistema de acreditación incluye una autoevaluación, una auditoría externa y evaluaciones por parte de otras organizaciones miembro. La membresía es revisada y monitorizada periódicamente.

Cuenta con alguna de las siguientes certificaciones que otorgan sellos de garantía de Comercio Justo:

5. La mayoría de productos de Comercio Justo son, además, ecológicos

El Comercio Justo destaca por su compromiso con el medio ambiente. De hecho uno de sus principios es el cuidado del medio ambiente por lo que parece lógico que ambos sectores vayan de la mano. Tanto es así que la mayoría de productos de Comercio Justo han sido cultivado con principios de Agricultura Ecológica.

IDEAS está convencido de la importancia de que ambos sectores trabajen unidos y por eso su prioridad comercial es la gama de productos Bio y Justos.

6. El etiquetado de lo productos de Comercio Justo es más transparente

El auge de los productos ecológicos y el creciente interés por la alimentación saludable, en ocasiones, lleva a la industria alimentaria a etiquetar sus productos con términos confusos que pueden animarnos a comprar productos con propiedades diferentes a las que pensamos: con más azúcar de la cuenta, con ingredientes modificados genéticamente… es la alimentación que nos enferma. Términos como BIO, Ético, Sin Azúcar o ECO esconden productos que no siempre son lo que parecen. Detrás de precios baratos está además la sobre explotación de cultivos y granjas de animales, y, como no, la violación de lo derechos de las personas trabajadoras.

Los diferentes sellos de Comercio Justo someten a controles de verificación periódicas a productores y productos. Se trata de certificadoras independientes que garantizan al consumidor que se cumplen todos los estándares del Comercio Justo en la producción y distribución de estos productos. Por ejemplo el movimiento del Comercio Justo se opone a la agricultura con transgénicos.

7. El Comercio Justo no es una utopía

Una de las principales críticas que se le hace al Comercio Justo es que no atiende a la realidad de un mercado globalizado regido por las leyes de la competencia. Lo que no tienen en cuenta estas críticas es el súper poder que tenemos como consumidores y la evolución de nuestra sociedad que va ya hacia la búsqueda de un consumo más responsable y sostenible. Es el valor social del Comercio Justo un valor añadido que puede cambiar el mundo y las reglas de nuestra economía.