IDEAS y la Fundación Maquita, con la financiación de la AACID, llevan 2 años implementando un proyecto para promocionar la equidad de género en las comunidades productoras de caña de azúcar y panela ecológica en 3 cantones de la provincia de Cotopaxi (Ecuador). Este mes de diciembre el proyecto llega a su fin y en IDEAS nos vamos de viaje a Cotopaxi para conocer más de cerca el impacto de nuestro programa.
A través de esta serie de artículos queremos ofreceros una perspectiva de cómo nuestro proyecto está ayudando a las familias productoras de panela ecológica en Ecuador.
A lo largo de estos dos años hemos llevado a cabo acciones encaminadas a mejorar los procesos de producción y comercialización de la panela ecológica (el azúcar natural de caña) de las familias campesinas de Cotopaxi, poniendo especial atención a las necesidades de las mujeres productoras que sufren una triple discriminación por ser mujeres, indígenas y pobres.
Hemos puesto en marcha diversas actividades, por ejemplo:
- Construcción de infraestructuras para la obtención de la panela (el azúcar natural de caña).
- Talleres de capacitación técnica de las mujeres campesinas.
- Acciones de sensibilización en materia de violencia de género y promoción de los derechos de la mujer.
- Creación de espacios de incidencia política para que la voz de las mujeres sea escuchada en por los gobiernos locales.
Durante nuestra visita comprobaremos cuáles han sido los logros obtenidos y aprenderemos más sobre las dificultades y los retos que aún nos quedan por superar a través de los testimonios de las mujeres productoras. Te invitamos a que nos acompañes y sigas nuestras noticias para descubrir los resultados del proyecto con nosotros.
Hemos recopilado una serie de artículos escritos desde Ecuador para conocer mejor el proyecto y cómo el Comercio Justo transforma la vida de las comunidades productoras.
#MujeresquedanCaña
Palo Quemado es una pequeña población encaramada a las cimas verdes de la de la provincia de Cotopaxi. En las grandes pendientes, allí donde la bruma se enreda en la arboleda subtropical las familias productoras de Palo Quemado cultivan la caña de azúcar como principal medio de vida.
Hoy los equipos de IDEAS y la Fundación Maquita hemos visitado esta población escondida, donde, gracias a los fondos de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo hemos implementado un proyecto de cooperación internacional con asociaciones de productores de panela Ecológica.
En esta visita de seguimiento hemos tenido el placer de conocer a las juntas directivas de las asociaciones San Pablo y Flor de Caña y sus impresiones acerca del proyecto que está a punto de finalizar.
Doña Rosita y Marisol son la presidenta y la administradora de Flor de Caña, 2 mujeres que tiene el orgullo de dirigir una asociación de productores y productoras de caña de azúcar, una tarea que en las comunidades vecinas suele estar reservada a los hombres.
Tras dos años de capacitación, apoyo técnico e inversión en infraestructuras para la mejora de la producción de la panela ecológica lo que hemos encontrado al llegar a Palo Quemado han sido dos cosas: el orgullo de las familias productoras por la elaboración de la panela y el agradecimiento por todo el apoyo recibido.
Cuando preguntamos a los socios y las socias por los resultados del proyecto nos sonríen al analizar el salto en la calidad de su producto sobresaliente en la zona. “Otros llevan toda su panela a la plaza y nos compran la nuestra porque la suya es para vender pero la nuestra es para comer”.
El proyecto ha sido un espacio de intercambio de conocimiento entre las personas socias y las técnicas que ha permitido mejorar el proceso de producción desde la siembra de la caña hasta el envasado de la panela orgánica de comercio justo. Producida respetando la tierra, sin fertilizantes químicos ni pesticidas, se ha sistematizado el proceso de obtención para mejorar la higiene del proceso, eliminar impurezas y adecuar el punto de cocción.
Tanto esfuerzo por garantizar la calidad y el respeto al medio ambiente tiene su recompensa. La panela en las plazas locales se vende a 30 o 35 dólares el quintal mientras que maquita, a través del Comercio Justo compra directamente de los productores de panela orgánica a un precio de 45 dólares por quintal, lo que supone un precio un 30% mayor frente al obtenido en el mercado local.
“Gracias al Comercio Justo estamos tranquilos porque cada año sabemos lo que vamos a cobrar, independientemente de las fluctuaciones en los precios que te ofrecen los intermediarios locales”
Hoy hemos conocido directamente los beneficios del Comercio Justo en las comunidades productoras, ¿quieres conocerlos tú también? Síguenos en #Mujeresquedancaña
Directos al corazón de las nuevas generaciones
Hoy el equipo de IDEAS y Maquita hemos visitado el Cantón de Pangua y su cabecera cantonal, la pequeña ciudad de El Corazón. Allí hemos conocido a Don Jairo y a su hija Daiana, que tienen una finca de 4 hectáreas donde su familia ha cultivado la caña de forma ecológica durante generaciones. Así la finca cuenta con matas de caña que alcanzan casi los 100 años de edad, sembradas por los abuelos de Don Jairo.
En esta finca el relevo generacional está asegurado. Diana se involucra activamente en la finca de su padre, está orgullosa de su profesión. Tras recibirnos en su finca con un licor de café, panela y aguardiente de caña de elaboración casera que ella misma ha elaborado y que nos mimaba el paladar y que nos entonó el cuerpo y el alma, nos contó que su plan es seguir viviendo en su comunidad, cultivar la tierra y continuar con el negocio de sus ancestros.
Diana es un ejemplo de #mujeresquedancaña en la agricultura familiar. Pero esto no es lo habitual. Los jóvenes prefieren emigrar a la ciudad en busca de oportunidades dejando las comunidades campesinas atrás. Son las familias campesinas las que producen la mayor parte de los productos que consumimos y las que aseguran nuestro sistema alimentario.
Por eso la emigración rural es tan preocupante y el relevo generacional tan importante. Literalmente dependemos de las familias productoras para poder comer, algo que quedó muy patente en las ciudades de muchos países del mundo donde hubo problemas de suministro alimentario durante el inicio de la pandemia del Covid 19.
Tanto en IDEAS como en Maquita apoyamos un modelo de agricultura ecológica familiar frente a los modelos agroindustriales de grandes plantaciones de monocultivos, que generan pocos puestos de trabajo, eliminan la biodiversidad y dañan el medio ambiente.
El mercado agrícola muchas veces explota y condena a la pobreza a las familias campesinas más vulnerables, pagando precios muy bajos que poco tienen que ver con el precio de las tiendas y los supermercados. El Comercio Justo sirve para crear condiciones de mercado alternativas que permiten a las familias campesinas vivir de su trabajo dignamente a través de un reparto más justo de los beneficios en la cadena de valor de los productos.
Además, nuestro proyecto de empoderamiento de mujeres cañicultoras financiado por la AACID (Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo) tiene como misión hacer más justa y sostenible la actividad agrícola de las comunidades cañicultoras y productoras de panela, dando formación en agroecología, empoderando a las mujeres campesinas y promoviendo unas mejores perspectivas de futuro en el campo que den a las nuevas generaciones alternativas viables a la emigración.
El proyecto tiene un enfoque integral que abarca todo el proceso desde la siembra y el manejo de la caña, a la producción de panela, hasta su comercialización.
Si quieres saber cómo el proyecto está ayudando a Diana y a otras #mujeresquedancaña sigue leyendo nuestras historias. Y si quieres apoyarlas tú también compra su panela ecológica en las tiendas de Comercio Justo.
Una escuela de dar caña
La mejora productiva es clave para incrementar el rendimiento de las fincas, la calidad de la panela y el ingreso de las familias productoras.
El proyecto que hemos ejecutado en Cotopaxi ha trabajado en este sentido. La idea ha sido crear un espacio de intercambio de conocimientos entre las propias familias campesinas y los ingenieros agrícolas de Maquita. Este espacio ha permitido poner en común los saberes ancestrales de las familias, sistematizarlos y mejorarlos con nuevas prácticas agroecológicas.
El manejo agroecológico de la caña asegura un mejor rendimiento de los cañaverales prescindiendo del uso de fertilizantes sintéticos derivados del petróleo y de pesticidas químicos que dañan al medio ambiente y ponen en riesgo la salud de los campesinos que los manejan suponiendo un gran beneficio para las familias
Maquita ha promocionado especialmente la participación de las mujeres en la escuela de cañicultores, permitiendo que sean ellas quienes atesoren los conocimientos técnicos más actualizados para el manejo de las fincas, lo que les ayuda a posicionarse en condiciones de igualdad en un contexto en el que tradicionalmente se consideraba que los hombres eran los únicos con capacidad técnica.
Tras la formación, el proyecto también ha impulsado que varias mujeres actúen como promotoras agrícolas formadas para transferir conocimientos y asesorar a otras familias productoras ejerciendo el liderazgo productivo y convirtiéndose en referentes para otras #mujeresquedancaña dentro de su comunidad.
Durante las reuniones de seguimiento los productores nos aseguraron que la escuela de cañicultores les había sido de gran utilidad.
Uno de los aprendizajes más importantes fue el momento justo de cortar la caña ya que antiguamente pensaban que las cañas más maduras eran las que daban más rendimiento para hacer la panela. “Nosotros mismos hemos comprobado que cortando la caña en el momento óptimo conseguimos mucha más panela con la misma cantidad de caña madura”.
I+D para seguir dando caña
Aunque la cañicultura y la producción de panela son actividades económicas tradicionales en Cotopaxi, nuestro proyecto financiado por la AACID promueve la innovación y la mejora tecnológica en el sector para el beneficio de las familias cañicultoras. En este artículo os contamos las actividades de I+D dentro de nuestro proyecto.
Hace unos días os presentamos a don Jairo y a su hija Dayana, dos cañicultores de la asociación la Dolorosa, del municipio de el Corazón. En su finca tienen cañas con más de 100 años, plantadas por los abuelos de don Jairo. Muchas de las fincas de la zona cuentan con cañas muy antiguas. Las cañas tan viejas van perdiendo su rendimiento por lo que se hace necesario renovar las fincas plantando nuevos especímenes de caña.
Nuestro proyecto ha decidido ayudar a los agricultores en esa tarea, en particular en la elección de los nuevos tipos de caña para sus fincas. Para ello ha puesto en marcha un estudio en el que se investiga la adaptación y el rendimiento de 10 nuevas variedades de caña. Con ayuda del CINCAE (el centro de investigación de la caña de azúcar del Ecuador) se ha desarrollado una metodología para hacer un estudio comparativo en 5 fincas a diferentes alturas. Entre ellas la de Don Jairo y Dayana que nos cuentan ilusionados como los nuevos tipos de caña pueden hacer una gran diferencia en el rendimiento de su finca
Ellos tienen su favorita: la llaman la “supercaña”. De momento es la que más destaca en el estudio por ser la que más crece y la que más produce con mucha diferencia. La descubrieron por casualidad. Alguien se la trajo para probarla porque le había gustado su sabor y decidieron plantarla. Ahora Jairo y Dayana afirman que, de confirmarse los resultados, plantar las fincas con esta nueva variedad supondría multiplicar la capacidad de producción de las fincas.
Otra innovación que se ha llevado es la germinación de las cañas por yemas en lugar de esquejes. Antes, para propagar la caña se cortaba un esqueje y de una planta podían conseguir otra. Ahora, el proyecto a enseñado a los agricultores a propagar las cañas a través de sus yemas. Una sola caña tiene hasta 40 yemas, por lo que seleccionando las mejores, de una sola caña se pueden plantar otras 20, lo que a la hora de renovar los cultivos facilitará mucho el trabajo a las familias agricultoras.
La última innovación propuesta tiene que ver con la diversificación de las fincas. ¿Por qué plantar sólo caña cuando se pueden plantar otros cultivos y así no depender de un solo producto? En Ecuador y en toda américa latina hay una fruta tropical muy común y apreciada que se llama el “lulo”, más conocido como “naranjilla”. La naranjilla es uno de los productos mas rentables del campo. Tan sólo 8 meses después de plantar este frutal ya se pueden recoger las primeras cosechas. Además, se da la circunstancia de que se combina muy bien con la caña ya que no compite con ella por los recurso del suelo, por lo que son cultivos complementarios buenos para crear una simbiosis agroecológica.
Sin embargo, la naranjilla tiene un problema. Como se planta en forma de monocultivo intensivo sufre muchas enfermedades que se suelen controlar aplicando gran cantidad de fitosanitarios químicos. Nuestro proyecto investigará si a través de un manejo ecológico de la naranjilla, plantándola de manera poco densa en los cultivos de caña, se puede obtener naranjilla ecológica orgánica. Para ello se probarán 6 variedades de naranjilla resistentes a las enfermedades seleccionadas por el Instituto nacional de Investigaciones Agropecuarias de Ecuador (INIAP) que ha venido trabajando durante varios años estas variedades de naranjilla gracias a un proyecto de la Agencia de Cooperación Española.
Al final del estudio se seleccionarán las 3 variedades que mejor se hayan adaptado y se repartirán a las familias cañicultoras para que las planten en sus campos. De esta manera podrán obtener un ingreso extra a través de la venta de naranjilla orgánica, y panela saborizada con naranjilla, dos productos ecológicos e innovadores y únicos que les posicionará de manera diferenciada en el mercado.
Si todo va bien, en el futuro, desde IDEAS podremos ofrecerte panelas ecológicas saborizadas con naranjilla, maracuyá y limón de comercio Justo elaboradas de manera artesanal por #mujeres que dan caña.
Nuestra panela no es como las demás
Recuerda que comprando nuestro panela ecológica de ecuador estas apoyando un modelo de agricultura familiar liderado por mujeres que paga un precio justo a las productoras y evita daños para en el medio ambiente y en la salud de las comunidades.
La panela es un tipo de azúcar de caña, integral que aporta sabor y beneficios a nuestra cocina. Nuestra panela Bio y de Comercio Justo ofrece además la garantía de cuidar el medio ambiente y respetar los Derechos humanos, algo que debería ser común pero que desafortunadamente no todas pueden garantizar.
Adquiriendo este producto estás ayudando directamente a las mujeres productoras de este proyecto como a Diana.
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Mujeres campesinas, formadas y orgullosas de liderar procesos productivos en sus comunidades son la única alternativa de futuro. Ellas serán las encargadas de asegurar nuestra alimentación y por eso nosotros debemos asegurarles unas condiciones de vida dignas a cambio.
El Comercio Justo será feminista o no será
En IDEAS creemos que es importante mantener la incidencia sobre los gobiernos locales para que generen políticas públicas de apoyo a las mujeres y prevención de la violencia de género.
Me emociona conocer sobre este proyecto, soy parte de una asociación de mujeres kichwas de la Amazonia y siento que es importante crear conciencia en estos temas y compartir experiencias, nos ayudará.