La Fundación Maquita, un actor clave en Comercio Justo
La Fundación Maquita lleva 40 años trabajando con comunidades productoras de Quinua en la región del Chimborazo, Ecuador. Además de fomentar formas de agroecología, el trabajo de Maquita se orienta al empoderamiento de las mujeres agricultoras. Mujeres como Rosita, Juliana, Marlenita, Yenny, Fanny o Miren consiguieron ocupar un sitio importante en sus comunidades gracias al cultivo ecológico de la Quinua y a huertas o chacras colaborativas agroecológicas. Esta Quinua proviene de diferentes comunidades productoras en el Chimborazo, como la de Calancha, ubicada a más de 3.000 m de altura. Las mujeres productoras usan ahora un motocultor, gracias a proyectos de cooperación con IDEAS, que les permite reducir de un mes a una hora el labrado de la tierra.
En la región del Chimborazo, la comunidad de mujeres productoras de Calancha cultiva tres variedades de quinua: amarilla, verde y roja. Tras un año de mala cosecha, el equipo de agrónomos y promotoras de MCCH junto con las productoras decidieron implementar una siembra adicional con una nueva semilla que crece más rápido, permitiendo sembrar nuevamente en febrero.
La cosecha de la Quinua no se puede mecanizar por la fragilidad de la planta y del grano. Sin embargo, en Calancha se invirtió en un motocultor de uso comunitario, lo que permite intercambiar conocimientos y reforzar el contacto entre las productoras. La cosecha se hace hasta tres veces en una misma parcela, y los granos se cosechan cuando tienen un color bien dorado. Luego pasan por la trilladora y se colocan en sacos para seguir con el proceso de lavado, secado al sol y descascarillado. Para obtener la harina de quinua, los granos pasan por molienda en las instalaciones de Maquita, a unos 50 km del cultivo.
Además de la quinua, las productoras disponen de chakras donde diversifican sus cultivos con semillas de legumbres, maíz y ganado, e implementan barreras vivas con plantas autóctonas que protegen de los parásitos y del viento.

