Una de las formas de mejorar los ingresos de las familias que cultivan cacao, más allá de pagar un precio justo por sus productos, es conseguir aumentar el rendimiento de sus fincas. A más cacao, más ingresos. Nuestro proyecto de cooperación financiado por el Ayuntamiento de Córdoba, en la región de Amazonas en Perú, promueve distintas estrategias para lograrlo.
La primera estrategia es mejorar la fertilidad de los suelos. Si bien en Bagua y Utcubamba los suelos son naturalmente fértiles, al cabo de los años, las plantaciones de cacao van extrayendo los nutrientes del suelo, empobreciéndolo.
Abonar los campos permite cuidar el suelo, mantenerlo vivo y obtener mayores cosechas, pero la mayoría de los hogares campesinos no lo hace. Las razón es el elevado coste de los fertilizantes. Perú importa casi la totalidad de los fertilizantes empleados en el sector agrícola y provienen principalmente de Rusia, Estados Unidos y China, lo que conlleva un elevado coste económico y ambiental. Además, los fertilizantes certificados para agricultura orgánica son generalmente más caros que más convencionales y peligrosos para el medio ambiente. Si bien algunos hogares hacen su propio abono, suelen producir pequeñas cantidades para aplicar a sus huertas, ya que producir en grandes cantidades para toda una finca se trata de un trabajo pesado, físicamente muy demandante y no suele ser viable para una familia.
Por eso, con los fondos de cooperación del Ayuntamiento de Córdoba construido una biofábrica para la producción de distintos tipos de fertilizantes ecológicos que permita abastecer a sus familias de la cooperativa CEPROAA de abono de calidad a precios reducidos.
Las biofábricas no son más que pequeñas instalaciones equipadas con todo lo necesario para, a través de procesos naturales, aprovechar los nutrientes de los restos vegetales y el estiércol de las fincas. Aplicando principios de economía circular y la economía de escala, valorizamos estos materiales considerados como residuos para producir abonos orgánicos de a costes reducidos. En las biofábricas usamos lombrices y microorganismos de montaña presentes en el suelo fértil de los bosques cercanos para acelerar y optimizar los procesos de descomposición natural de la materia orgánica. Con esto conseguimos producir compost, bocashi y fertilizantes líquidos para aplicar tanto en el suelo como en las hojas de los árboles de Cacao. Usando estos abonos devolvemos a la tierra sus nutrientes imitando los ciclos de la naturaleza.
El proyecto primero invirtió en formar a los hogares campesinos en la producción y en la correcta aplicación de fertilizantes orgánicos. Después puso en marcha la biofábrica generando un puesto de trabajo para la persona encargada de atenderla. Poco a poco se van mejorando los procesos y la calidad de los abonos a los que se les hacen pruebas de laboratorio para comprobar que su contenido en nutrientes es el correcto.
Nuestro objetivo al finalizar el proyecto es que la biofábrica opera de forma rentable, de manera que además de proveer a las familias socias de CEPROAA con los fertilizantes necesarios para mejorar sus cosechas y cuidar sus suelos a un precio menor, también se espera generar ingresos a través de la venta de abonos que reviertan en el fortalecimiento económico y la sostenibilidad de la cooperativa.