Ya tenemos las buenas prácticas seleccionadas para el concurso “Comercio Justo también en el cole”. Como sabéis IDEAS ha convocado la 1ª edición del “Concurso de ideas para introducir el Comercio Justo y el Consumo Responsable en el ámbito educativo”, con el objeto de reconocer las mejores ideas para fomentar el consumo responsable a través del Comercio Justo en la comunidad escolar. Entre las prácticas seleccionadas están hacer una crema de avellanas con productos de comercio justo, actividades de sensibilización y formación con familias de la comunidad educativa.
Los centros educativos seleccionados son:
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¿Qué idea se te ocurre para ayudar a introducir el Comercio Justo en tu centro educativo? Esta ha sido la pregunta generadora para identificar buenas prácticas en torno al Consumo Responsable y al Comercio Justo que pueden llevarse a cabo desde el ámbito educativo para promover una cultura solidaria, crítica y responsable frente al contexto de crisis social, económica y ambiental que estamos viviendo.
Las buenas prácticas seleccionadas en el concurso ponen de manifiesto el compromiso político de cada uno de los centros educativos con el mundo actual. Un compromiso que se traduce en las acciones que organiza. Actuar, abrir debates, poner sobre la mesa las raíces de las injusticias sociales y relacionarlas con el día a día de la comunidad educativa es comprometerse con un modelo de sociedad. Hablar de Comercio Justo en las aulas (y por tanto, hablar también de comercio injusto), supone visibilizar qué hay detrás de nuestros gestos cotidianos de consumo, contar con la información suficiente para poder decidir de forma crítica.
En este sentido, el programa Ciudades por el Comercio Justo incluye las acciones en centros educativos como un pilar fundamental para cumplir los criterios que llevan a conseguir el título de Ciudad por el Comercio Justo.
La escuela, como agente educativo de primer orden, tiene un papel fundamental a la hora de abordar la crisis múltiple que estamos viviendo. Los centros educativos pueden además convertirse en un espacio concreto donde experimentar los retos y oportunidades que surgen de esta crisis. Las acciones de sensibilización como las recogidas en este concurso son un ejemplo de cómo la escuela puede ser el lugar donde incorporar los cambios que hay en el mundo que apuestan por construir sociedades más equitativas y solidarias.
La escuela como constructora de cambio tiene el objetivo de ayudar al alumnado a comprender el mundo en el que vive. Una escuela comprometida con el mundo debe poner sobre la mesa y educar sobre las causas que están en el origen de las catástrofes humanitarias y ambientales, evitando visiones paternalistas y eurocéntricas. De esta manera se conseguirá que el alumnado se convierta en un agente de cambio activo, capaz de contribuir a que la sociedad se articule de forma más democrática para satisfacer sus necesidades sin depredar el entorno.
“El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso”. Esta frase de E.Galeano muestra una de las claves. Todas las propuestas educativas deben plantearse buscar el éxito, pero a la vez deben plantearse qué entienden por éxito. No es lo mismo buscar la adaptación exitosa a un mundo competitivo en un marco capitalista salvaje, que buscar el éxito en la transformación de ese mundo en un lugar de relaciones solidarias no competitivas con relaciones económicas justas.
Un ” Educativo por Centro el Comercio Justo” cumple los siguientes estándares:
(1) Ha firmado una declaración de apoyo al Comercio Justo en el Consejo Escolar.
(2) Tiene acceso a productos de comercio justo en los comedores del centro, cafeterías, puntos de venta y en las compras directas de productos para sus actividades (balones, camisetas, etc.),
(3) Realiza actividades de sensibilización y comunicación, especialmente celebrar el Día Mundial del Comercio Justo.
(4) Ha formado un Grupo de Trabajo escolar por el Comercio Justo que coordina todas las acciones.