Según el informe Comercio Justo presentado por la Coordinadora el consumo de Comercio Justo en España en 2016 fue de 40 millones de euros, un 15% más con respecto al año anterior. Maravillosas noticas para el sector que compartimos y celebramos. El aumento de productos de Comercio Justo que celebramos este año nos acerca a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030 por Naciones Unidas que busca erradicar la pobreza, proteger el planeta.

Las cifras

Desde el año 2000 -el primero del que se tienen datos- la cifra global de consumo de Comercio Justo en nuestro país no ha parado de crecer. La novedad está en el aumento de las ventas por parte tanto de las organizaciones de Comercio Justo como de las empresas convencionales. Una confluencia que ha hecho posible un incremento de un 15% en la facturación total, el doble del registrado en los años anteriores.

Supermercados y grandes superficies, con un 38% de la facturación, se sitúan como el principal espacio de consumo del Comercio Justo, seguido por el sector de la hostelería con un 36% y de minoristas con un 23%.

La alimentación continúa siendo la protagonista del Comercio Justo ya que representa el 93% de las ventas. Solo el café genera el 43% de la facturación. El azúcar, los dulces y el cacao -con un 40%- son el grupo que más ha crecido respecto a 2015, y en gran medida son los responsables del crecimiento global del sector.

Importante señalar también un aumento del compromiso de las instituciones públicas con el sector aunque sigue siendo aun muy insuficiente.

[information_box title=”¿Sabías que…?” icon=”fa-lightbulb-o” class=”” id=”” style=””]

Una de las razones del retraso estructural que vive el Comercio Justo en España con relación a Europa hay que buscarla en el escaso apoyo público a este sector ético del comercio internacional, comparativa mente muy inferior al que reciben otros países.

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El Comercio Justo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El Comercio Justo, a través de sus diez principios, contribuye de manera decisiva al avance de esta nueva Agenda de desarrollo y comparte con ella no solo su finalidad sino también su perspectiva integral y la necesidad de crear alianzas.

El aumento de productos de Comercio Justo que celebramos este año nos acerca a la consecución de los Objetivos de Desarrollo sostenible establecidos en la Agenda 2030 por Naciones Unidas que busca erradicar la pobreza, proteger el planeta.

Algunos ejemplos de esta relación comercio justo  y ODS:

“Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos” (ODS 8). El comercio justo garantiza unas relaciones laborales justas al fomentar la participación de los trabajadores y trabajadoras en la toma de decisiones de sus empresas y cooperativas, defendiendo la ausencia de explotación o de trabajo infantil.
El Comercio Justo reduce la desigualdad en los países y entre ellos a través de una economía solidaria que promueve unas relaciones laborales justas. (ODS 10).
Garantiza modalidades de consumo y producción sostenibles implicando en campañas concretas a diversos actores públicos y privados en su compromiso por una economía solidaria y un consumo responsable. (ODS  12).
“Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos” es uno de los que más interesan a los pequeños productores agrícolas, los primeros afectados por los drásticos cambios en el clima.  (ODS 13).

¿Sabias que el Comercio Justo favorece especialmente a la mujeres?

El Comercio Justo favorece una justa remuneración, igual a la de sus compañeros por las mismas tareas, y fomentando su presencia en órganos de decisión. Una de las luchas del Comercio Justo es promover la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres. El Comercio Justo impulsa acciones para fortalecer el liderazgo y la autonomía de las mujeres en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades dentro de las organizaciones productoras y de personas trabajadoras.

Anímate a consumir productos de Comercio Justo en tu compra habitual y estarás contribuyendo a un importantísimo cambio global. Elegir un producto u otro implica apoyar un modelo de producción y esto influye en la vida de quienes los elaboran. Comprar, por tanto, es un acto político con el que podemos contribuir a una sociedad más justa e igualitaria.