La panela es un producto artesanal que desde hace años viene experimentando un mayor consumo en los hogares españoles. La razón es que es una alternativa de edulcorante natural con mejores propiedades nutricionales que el producto refinado, ya sea blanco o moreno, porque aporta vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, el magnesio, el sodio y el potasio, fundamentalmente.

La panela se considera el azúcar más puro y natural porque se obtiene simplemente hirviendo el jugo de la caña hasta que cristalice de manera natural de la sacarosa mezclada con la melaza. Según se va concentrando el jugo, se remueve para que no se solidifique como un caramelo gigante (panela en bloque) sino que se quede en pequeños granitos (panela en grano). Es un proceso simple que los propios cañicultores pueden realizar de manera artesanal.

El azúcar blanco es el resultado de separar los cristales de azúcar de la melaza natural de color marrón presente en el jugo de caña. En la melaza es donde se encuentran los nutrientes, por lo que el azúcar blanco nada más aporta calorías vacías. El azúcar moreno es azúcar blanco al cual se le vuelve a añadir una cantidad de melaza para teñirla de un color oscuro, pero con tanto procesamiento muchos nutrientes se pierden por el camino.

A medida que los consumidores han ido prefiriendo la panela sobre el azúcar industrial el mercado se ha inundado con mucha oferta. Sin embargo, no todas las panelas son iguales. No es lo mismo una panela hecha por una compañía con grandes plantaciones industriales de caña, que una panela realizada pequeñas familias agricultoras de forma ecológica y bajo condiciones de Comercio Justo. El producto es parecido, pero el modelo económico y productivo que hay detrás no.

No es lo mismo una panela hecha por una compañía con grandes plantaciones industriales de caña, que una panela realizada pequeñas familias agricultoras de forma ecológica y bajo condiciones de Comercio Justo. El producto es parecido, pero el modelo económico y productivo que hay detrás no.

La panela de Comercio Justo no solo endulza tu café por las mañanas o te sirve para realizar postres más sanos, sino que también genera un impacto económico en familias productoras en áreas rurales vulnerables garantizando el futuro del campo, cuidando el medio ambiente y promoviendo la igualdad de género. Si eliges panela de Comercio Justo le estás dando caña a la economía de las familias campesinas que buscan vivir en condiciones dignas, garantizando un pago justo por el producto y mejorando la posición de las mujeres en su comunidad.

Con cada cucharadita de panelas ecológica de Comercio Justo contribuyes a que los hijos y las hijas de las familias campesinas vean futuro en el campo y opten por quedarse, en lugar de abandonarlo para emigrar a la ciudad. Es una forma de frenar el proceso global de superpoblación de las ciudades y abandono del campo que está poniendo en peligro la soberanía alimentaria global y la salud del planeta y de aquellos habitantes de las ciudades cada vez más congestionadas.

También contribuyes a proteger la naturaleza, apoyando prácticas agroecológicas que protegen la tierra y el agua frente a modelos de agricultura industrial que hace utilización masiva de agrotóxicos. Las familias que viven de cultivar su tierra son los primeros interesados en defenderla de los diferentes peligros que la acechan. Por eso, si apoyas a las familias, apoyas la protección de la tierra también.

En el caso de Ecuador, la minería y el petróleo son actividades extractivas que, por su naturaleza, destruyen el medio ambiente y en especial contaminan el agua de las zonas de explotación, haciendo la agricultura inviable. Las empresas mineras habitualmente ofrecen sumas de dinero y regalos a las familias agricultoras empobrecidas para que vendan sus tierras y o simplemente les permitan llevar a cabo sus actividades a su alrededor. Sin embargo, este beneficio es puntual. Una vez que las actividades mineras comienzan los pagos desaparecen dando paso a la contaminación y la destrucción de los recursos.

Las asociaciones de agricultores que trabajan bajo Comercio Justo están más organizadas y tienen mejores perspectivas de futuro por lo que son menos vulnerables y propensas ceder a propuestas que signifiquen pan para hoy y hambre para mañana. Consumir bien transforma el mundo y por esa razón te pedimos que le des caña tú también al Comercio Justo.

El viaje del azúcar. Un viaje por la cadena de custodia del azúcar de Comercio Justo.

Nuestra panela no es como las demás

Panela de Comercio Justo y ecológica

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Adquiriendo este producto estás ayudando directamente a las mujeres productoras de este proyecto

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Mujeres campesinas, formadas y orgullosas de liderar procesos productivos en sus comunidades son la única alternativa de futuro. Ellas serán las encargadas de asegurar nuestra alimentación y por eso nosotros debemos asegurarles unas condiciones de vida dignas a cambio.